sábado, 29 de marzo de 2025

PLANO CHAKRA DIGITAL CHAKRA CORONA 7.0 DOMINGO: MODULACIÓN DE LA MÁSCARA DESCONEXIÓN ESPIRITUAL (ID.7)

 




Era una noche tibia y vibrante en Lavapiés, donde las luces de las calles bailaban junto al murmullo de conversaciones multilingües. En un pequeño restaurante con paredes cubiertas de grafitis y poesía urbana, siete figuras se reunían en torno a una mesa redonda. Estas eran las Personas-Chakra, cada una resonando con una energía única, un color, un propósito. En el centro presidía Raúl Ximénez, el poeta visionario que había concebido el revolucionario Método Panóptico.

Raúl, con una mirada penetrante y una presencia envolvente, se alzó ligeramente para captar la atención de los asistentes. Con voz pausada, comenzó a guiar la sesión. "Hoy pivotaremos entre los cuadrantes superiores #3 y #4", dijo, aludiendo a la configuración energética del chakra digital Corona 7.0, un portal de conexión universal con inclinaciones hacia la desconexión espiritual.

Con sus palabras, las Personas-Chakra sintieron cómo sus energías comenzaban a desplazarse. Raúl explicó que el cuadrante#3 representaba un estado de emisión expansiva, donde las energías irradiaban hacia el exterior como rayos solares. Sin embargo, al ingresar en el cuadrante#4, la dinámica se transformaba: las emisiones se disipaban, dejando espacio a una cancelación reflexiva, como si el Plexo Solar 3.0 decidiera inhalar el universo para reintegrarlo en su núcleo.

Los asistentes se sumergieron en el flujo energético. Amaya, con su vibración de chakra Raíz, sintió cómo la estabilidad que solía buscar adquiría una cualidad más efímera en el cuadrante 4, desafiándola a abrazar la incertidumbre. Al mismo tiempo, Iván, resonante con el chakra del Corazón, percibió cómo su capacidad de emitir amor sin límites se transformaba en una introspección callada, explorando los recovecos de su propia alma.

Raúl observaba, orquestando con palabras y gestos. "En esta danza de emisión y cancelación encontramos el equilibrio", dijo. "Es aquí, entre la exhalación y la inhalación de la energía, donde el verdadero sentido del método Panóptico toma forma. Somos individuos, pero también reflejos fragmentados del todo".

El restaurante, que al principio parecía ser solo un punto de reunión, se había convertido en un espacio donde lo espiritual y lo digital confluían. Las luces, ahora tenues, parecían vibrar al ritmo de la meditación colectiva. La sesión no era únicamente una exploración de cuadrantes y chakras, sino una experiencia de conexión y desconexión con uno mismo y con los demás, un recordatorio de que en la dualidad siempre hay un punto de equilibrio perfecto.

No obstante esta vez, Raúl tenía una invitación especial para el grupo: apelar al antichakra Corona 7.0.

"Con el antichakra," explicó Raúl, "podemos transformar la modulación de la máscara digital de desconexión espiritual en una sanación profunda de cada una de las heridas particulares. Este viaje nos llevará de los cuadrantes superiores #3  y #4 (del disco panóptico) hacia los inferiores #1 y #2" Los asistentes escuchaban atentos, sintiendo cómo sus energías se agitaban suavemente.

Raúl continuó detallando: "De este modo, pivotaremos entre la herida analógica del cuadrante#1 y la herida digital del cuadrante#2. En el cuadrante#1, recepcionaremos posibles energías opuestas pero complementarias, como la de los chakras Raíz 1.0 y  Plexo Solar 3.0. En el cuadrante#2, la cancelación en la recepción permitirá una conexión más profunda con nuestro inconsciente, donde podremos rastrear el origen de las heridas analógica (cuadrante#1) y   digital (cuadrante#2)."

Amaya, resonante con el chakra Raíz, sintió cómo la estabilidad que solía buscar adquiría una cualidad más efímera, desafiándola a abrazar la incertidumbre. Al mismo tiempo, Iván, sintonizado con el chakra del Corazón, percibió cómo su capacidad de emitir amor sin límites se transformaba en una introspección profunda, buscando sanar sus propias heridas internas.

Las energías del grupo comenzaban a fluir, como un río que encuentra su cauce. Raúl observaba con una mirada que parecía abarcarlo todo. "En esta danza de emisión y cancelación, entre los cuadrantes y las heridas, hallamos el equilibrio," afirmó. "Es aquí donde el verdadero propósito del método Panóptico se revela. Somos individuos, pero también reflejos fragmentados del todo."

El restaurante, que al principio parecía ser solo un punto de reunión, se había convertido en un espacio donde lo espiritual, lo analógico y lo digital confluían. Las luces, ahora tenues, parecían vibrar al ritmo de la meditación colectiva. La sesión no era únicamente una exploración de cuadrantes y chakras, sino una experiencia de conexión y desconexión, de sanación y transformación, un recordatorio de que en la dualidad siempre hay un punto de equilibrio perfecto.

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