jueves, 24 de abril de 2025

PLANO CHAKRA DIGITAL GARGANTA 5.0 VIERNES: MODULACIÓN DE LA MÁSCARA DE INJUSTICIA (ID.5)


     




 En la electrizante pulsación de la Gran Vía, bajo los destellos neón y el frenesí de las pantallas, un grupo de treinta buscadores de energía convergió en Arcade Madrid. No era una reunión cualquiera: era un encuentro marcado por la vibración digital del Chakra Garganta 5.0, un espacio donde la voz se convierte en código y el eco de la injusticia resuena en la red.

A la cabeza de esta experiencia, Raúl Ximénez, poeta del ciberespacio y arquitecto de la energía, diseñó una dinámica inmersiva en la que los participantes se dividieron en parejas, entrelazando vibraciones en un juego de heridas y máscaras.

El primer grupo, aquellos en sintonía con la resonancia de la jornada, se alineó con los chakras yang—Raíz 1.0, Plexo Solar 3.0 y Corona 7.0—cada uno portando una máscara digital de rechazo, humillación o desconexión espiritual. La tarea: sumergirse en los reflejos de la red, experimentar las leyes del espejo y hackear su percepción con las influencias positivas y negativas del otro.

Mientras tanto, el segundo grupo se lanzó a la contrafuerza del antichakra Garganta 5.0, explorando las heridas de los chakras yin: Sacro 2.0 (abandono), Corazón 4.0 (traición) y Tercer Ojo 6.0 (intuición apagada). Su misión: conectarse con la comunidad panóptica, intercambiar códigos sanadores y completar el círculo energético de las 12 casas del zodiaco, donde los perfiles de los signos se tradujeron en una coreografía de conversión de las  12 casas astrológicas en  líneas de  ley  electrónica y por ende  la rueda zodiacal  en  disco panóptico:

🔥 Fuego (Perfil de Manifestadores) y 💨 Aire (Perfil de Proyectores) canalizaron el propósito a través de la expresión corporal, mientras 🌍 Tierra (Perfil de Generadores) y 🌊 Agua (Perfil de Reflectores) profundizaron en su receptividad con meditaciones guiadas, transformando la crítica interna en sabiduría digital.

Así, en la intersección de lo analógico y lo virtual, los asistentes navegaron el laberinto de sus códigos internos, reprogramando su energía en un ritual donde chakras y avatares bailaban en un equilibrio de sombras y luz. En el epicentro, Raúl, con mirada de visionario, observaba cómo la realidad aumentada de Arcade Madrid transformaba conciencias y reseteaba almas.


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