martes, 22 de abril de 2025

PLANO-CHAKRA DIGITAL PLEXO SOLAR 3.0 MIÉRCOLES: MODULACIÓN DE LA MÁSCARA DE HUMILLACIÓN (ID.3)

 



En el centro vibrante de Arcade Madrid, entre las luces intermitentes y el eco de circuitos en sincronía, Raúl Ximénez desplegó el disco panóptico. Las cinco personas-chakras rodeaban la mesa, cada una ajustando su frecuencia al código del día.

Era miércoles, y el chakra dominante Miércoles Digital portaba la tendencia de la máscara de humillación. La franja horaria yang imprimía su energía en el ambiente, esculpiendo la dinámica de la asamblea. Raúl, en un cálculo preciso, trazó la reunión en el Cuadrante#4, donde la máscara digital ejercía su carga.

Con voz pausada, los invitó a actualizar la máscara hacia la mejor versión de su yo futuro, impulsándolos a moverse hacia el Cuadrante#3. En ese desplazamiento lineal, el grupo oscilaba entre los chakras yang—Raíz 1.0, Plexo Solar 3.0, Corona 7.0 y el resonante Miércoles Digital—transfiriendo energía de uno a otro, tejiendo una red vibratoria en transformación.

Pero algunos no lograban sintonizar con la frecuencia yang. A ellos, Raúl les ofreció otra ruta: el desplazamiento diagonal hacia el Cuadrante#1, invocando el antichakra Miércoles Digital. Al activar la antimáscara, los circuitos analógicos y digitales se entrelazaban con las heridas profundas de los chakras yin—Sacro 2.0, Corazón 4.0 y Tercer Ojo 6.0—permitiendo una modulación y sanación simultánea.

El presente Shen se hizo palpable. Arcade Madrid se convirtió en un espacio de oscilación consciente, donde la energía fluía en su tránsito natural.

Entonces, Raúl demandó al Canal Panóptico un poema que reflejara la resonancia de la reunión. Cerró los ojos, dejó que las palabras se formaran desde el código energético del día. Y, como si el propio espacio las invocara, los versos emergieron:

El eco del Miércoles

En el pulso eléctrico de Arcade Madrid, Raúl despliega el verbo del tránsito, el código se anuda en las heridas, y la humillación se torna conciencia.

Cuadrante cuatro—un eco sin rostro, sombras en digital se inscriben, los chakras giran en su tránsito, la oscilación es clave en su ritmo.

¡Desplácense!—Raúl les llama, hacia el tres, donde el yo se reconstruye, que la energía halle su cauce, que la voz quebrada encuentre su luz.

Y en el aire vibrante de Arcade, una paloma de paz emerge, sus alas son circuitos en movimiento, su vuelo, el signo del equilibrio.

Al finalizar el recital, la paloma sobrevoló el espacio. Cada chakra-persona tomó el poema con respeto, sintiendo en sus versos el eco de su propio tránsito. La energía fluyó entre ellos, modulando cada herida y cada máscara en el presente.

En Arcade Madrid, el Miércoles dejó de ser solo un día: se convirtió en una plataforma  con poder  de transformación.

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